
LLegamos a la terminal de autobuses, tu desde tu ciudad yo desde la mia, ambos sonreimos y nos abrazamos cariñosamente, nos miramos, nos besamos, fue un beso muy deseado e imaginado, por ti, por mi, por los dos.
Encontramos un hotel modesto pero lindo, con un gran ventanal con vista al mar y una amplia cama con sabanas blancas, nuestras ansias nos llevaron a dejar el equipaje en el piso y lanzarnos a la cama abrazados, besandonos, hablamos por horas tirados en la cama y nos contamos nuestros mas intimos secretos, entre tantos besos y caricias surgio la magia que estaba latente desde el primer beso en la terminal.
Te pusiste de espaldas a mi mientras te rodeaba por la cintura fue entonces cuando senti unas ganas inmensas de hacerte el amor, tu te dejaste llevar y sin decir nada empezamos a amarnos dando rienda suelta a nuestra pasion.
Puse mis manos en tu espalda, te acariciaba lentamente mientras me besabas, poco a poco fui levantando tu blusa y el bra hasta dejar tus senos a la vista, los puse en mis manos mientras besaba tu cuello, tus pezones reaccionaron erguidos hacia mi.
Puse mis labios en ellos mientras suspirabas, ambos sentimos que se nos escapaba el aliento ante mis besos ansiosos, mis manos seguian recorriendo tu espalda y a ratos jugaban con tu panty, me quitaste la camisa y besaste mi pecho suavemente, una de mis manos acariciaba tus muslos, subio muy despacio hasta tu entrepierna, pudiste escuchar mis jadeos al oido al notar tu humedad y abriste un poco para dejarme recrear en ella.
No teniamos prisa y nos dejamos llevar por nuestros juegos amorosos, nos recorrimos de punta a punta despues de habernos desvestido por completo, nos disfrutamos mientras la brisa que entraba por el ventanal recorria nuestros cuerpos desnudos y sudorosos.
Me puse sobre ti y te entregaste a mi por completo, podiamos sentir como me adentraba en lo mas profundo de ti, las gotas de mi sudor caian sobre tus pechos excitantes y humedas mientras me abria paso entre tus piernas.
Te aferrabas a mi espalda y mordias mi hombro, cabalgabas para sentirme mas dentro de ti, sentias como tu humedad me dejaba quieto y sumiso a tus deseos, cuando el calor nos
agotaba, caiamos rendidos uno junto al otro y nos exitaba sentirnos vulnerables.
Te coloque de espaldas a mi te llenaba de besos el cuello, la espalda, las piernas y las nalgas, para despues volver a meterme en tu humedad que me hacia gemir sobre ti, apretando tus pechos contra mi pecho sudoroso en un vaiven de pieles rozandose por horas.
Hicimos el amor en todos los rincones de nuestra habitacion hasta quedar completamente en la obscuridad.