
Dos solitarios eso es lo que éramos, dos solitarios que vagaban por la vida, cada quien con su equipaje a cuestas, equipaje lleno de alegrías, de desilusiones, de tristezas y duras experiencias.
No sé si fue la vida, el destino o quizá solo una mágica coincidencia que logró que un día se cruzaran nuestros caminos, entonces nos dimos cuenta que ya no estábamos solos y decidimos compartir nuestras experiencias, nuestro cariño, nuestro tiempo, nuestros anhelos, nuestras alegrías, nuestras tristezas y nuestros sueños.
Fuimos aprendiendo uno del otro, respetándonos, apoyándonos, consolándonos, animándonos y fue así como nació la magia entre los dos y quedaron al desnudo nuestras almas, una frente a la otra y nos mostramos tal cual somos sin mentiras, sin hipocresías, sin presunciones, ni engaños.
Románticos, soñadores, amantes de la vida y del respeto, comenzamos a mirar en la misma dirección, en busca del mismo horizonte, se hicieron inquebrantables nuestros lazos y nos convertimos en dos almas habitando un sólo cuerpo, dos corazones que laten al unísono, pensándonos, sintiéndonos, deseándonos, extrañándonos, necesitándonos, queriéndonos.
Hoy todo esto termino, ni siquiera se por que, ni siquiera estoy seguro que tu sepas el por que, quizá la vida, el destino o esa mágica coincidencia que un día nos unió, hoy decidió alejarnos y nosotros no hicimos nada para impedirlo.
Hoy, nuevamente somos dos solitarios, dos solitarios que vagan por la vida, cada quien con su equipaje a cuestas, equipaje lleno de alegrías, de desilusiones, de tristezas y duras experiencias.
Cava.