TU.
Tu lengua en
mi piel, el frio en mi espalda, el temblor en mis piernas.
Es tanto lo
que recuerdo de ese solitario instante, fue solo eso, un pequeño instante unas
pocas horas que transforman una vida, un recuerdo que se lleva en la piel para siempre.
Días después
aun sentía tu aroma, semanas más tarde se iba desvaneciendo y ahora solo
aparece de vez en cuando, cuando el cigarro y el vino tinto traen la fragancia
de tu piel a mi memoria y es otro instante que intensifico, te aspiro fuerte,
lentamente y te siento otra vez.
Levanto mis
manos, el aire se hace denso, puedo ver tu silueta en él, la memoria de mis
manos no te olvida y te haces presente otra vez, por un segundo por un
instante.
Te recorro
con mis manos, te aspiro fuerte para volver a olerte y donde sea que este
vuelvo a sentir tu lengua en mi piel, el frio en mi espalda y el temblor en mis
piernas, pero luego la brisa cálida que te trajo se va y con ella tú, tu piel,
tu aroma.
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