jueves, abril 28, 2022

UNA AVENTURA.




 

-He pensado que podríamos ir a un lugar más íntimo, donde estemos solos los dos, tú, yo y nada más.

 

Te lo dije con la mayor naturalidad, como si ambos estuviéramos acostumbrados a ello, como si nos conociéramos de hace mucho, como si fuera la cosa más normal del mundo, como si no hubiera entre los dos esa barrera infranqueable por habernos conocido esa misma noche.

 

Tu no habías pensado lo mismo, incluso creo que sentías algo de miedo, todo te parecía demasiado extraño, como si le estuviera pasando a alguien más, tu mirada lo demostraba, parecía que de repente tu vida pasaba a ser parte de una extraña película, que jamás te hubieras atrevido a imaginar.

 

¿No quisiste mirarme solo preguntaste, que clase de lugar?

Como si no lo supieras, creo que intentabas engañarte a ti misma, imaginar que habías entendido mal, pero no, un hotel, te respondí.

 

Una parte de ti se negaba a creer lo que acababa de escuchar mientras la otra sin recato alguno gritaba, ¡si!

 

No dijiste nada, seguimos disfrutando de la fiesta de nuestra amiga en común, bailamos algunas veces sin volver a tocar el tema, hasta que nos encontramos en la barra, fue entonces cuando me dijiste, ¿nos vamos?

 

Ya estábamos ahí, desnudos, abrazados, en esa cama muda y silenciosa que nos miraba susurrante, abierta a contener nuestros cuerpos presos del deseo, a ser parte de una más de las historias de encuentros deliciosamente fugaces que terminan con el amanecer.

 

Nos quisimos sabiendo que no habría mañana y nos amamos haciéndonos uno, en un beso fundido, para dejarnos después y no volver a encontrarnos.


 

No hay comentarios.: