EL PASADO.
Todos tenemos en nuestra vida rastros del ayer, algunos conservamos recuerdos, huellas y justos momentos que nos han hecho crecer, otros nos sentimos vacíos, por todo lo perdido, por todo lo sufrido, por todo lo que nos arrebató el tiempo, dejando como eco el dolor, que cuenta en silencio lo vivido.
Así es el
ayer, a veces una cadena pesada que inmoviliza y tortura o tal vez una ilusión
que se fue y no regreso, hasta puede llegar a ser esa fuerza, esa luz que
habita en nuestro interior y marca el ritmo de nuestro corazón.
Existe un
pasado que en ocasiones parece dormido, pero cuando menos lo esperamos, vuelve
a remover, quitar o devolver lo que en el alma había escondido, llenándonos de
miedo, robándonos lo que con tanto esfuerzo habíamos conseguido o por el
contrario trayéndonos de nuevo aquello que alguna vez creímos haber perdido.
Cada
instante que vivimos, sin darnos cuenta va quedando atrás y deja de ser hoy
para convertirse en parte de ese ayer que se va y que al parecer nunca volverá.
De cada uno
depende, hacer que la historia de vida que vamos escribiendo, no se llene de
espinas que torturen el corazón, el sentimiento, la razón.
Es mejor
luchar por forjar en cada capítulo que vivimos, un pasado que no nos atormente
ni nos haga perder la razón.
No vivamos
sintiendo que nuestra vida se ha convertido en un arrastrar o sobrevivir a lo
que en el pasado tuvimos que enfrentar, mucho menos tener que experimentar
angustia, ansiedad, sin saber o quizá sin recordar de donde viene o como la
podemos arrancar para que no nos impida vivir tranquilos nuestro presente,
debemos construir un futuro en el que veamos nuestros sueños hechos realidad.
¿Cuál es el ayer que llevas contigo?, ¿Como es el hoy que intentas vivir?
¿Qué sueños del
mañana habitan en ti?
Si deseas y
luchas por lo que quieres, seguramente lograras todos tus objetivos, entonces
nada te encadenara, por el contrario, cada decisión, cada pensamiento y cada
momento de vida, harán vibrar tu corazón.
Cava.
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